Llegado el momento, se abre el baúl...
dentro, un sin fin de cosas hermosas, bien ordenadas.
Apetece perderse dentro...
Me pregunto
¿qué harán las muñequitas en ese mundo de colores cuando la Ceci cierra el baúl?
Seguro que se divierten probando otros vestidos o cambiando su color de pelo.
Quizás bailan y ríen "suavito" para que no las oigan...
Hasta que un día,
deciden quién es su dueña (la de arriba es la mía, ¿notan el parecido?)Entonces, le hacen guiños, se despeinan y vuelven a peinarse, sonrien con picardía.
Casi enseguida, la dueña siente que le llaman por su nombre.
Detrás de ellas, su creadora:
una hermosa mujer de tierra que sabe transformar retales, botones, hilos y lentejuelas en
estas "muñequitas espirituales"
despiertan en las que saben ver con los ojos del corazón
las ganas de no olvidarse a sí mismas!
Dedicado a Cecilia Aramayo, artesana y artista, maestra, compañera y amiga.
Daniela hermosa dedicatoria, me encanta porque hoy conozco un poco más de Cecilia... que hace un trabajo precioso. ¡¡¡Felicidades!!!
ResponderEliminarLindo texto Daniela.
ResponderEliminarYo las vi ayer, y me parecen divinas!!!
Se nota que le dedicas una atencion especial a cada una de ellas.
Clara Casado.
hola soy Esperanza,
ResponderEliminarFelicidades por tus muñequitas son " divinas", cuando me comentaste que las hacías tenía mucha curiosidad por verlas.
Son una maravilla!! espero verlas pronto y tocarlas
Un beso
Hola Esperanza,
ResponderEliminarLe haré llegar tu comentario a Cecilia. Pásate cuando quieras, tenemos algunas "que se dejan ver" en el taller.
Un abrazo!
Daniela